miércoles, 16 de marzo de 2011

Sencillamente aberrante

La semana pasada la primera portada de todos los periódicos era Libia y Gadafi.

Esta semana le ha tocado de forma muy desafortunada también, a Japón ocuparlas. 

Parece que todo es tan efímero y volátil, que pasa a un segundo plano, de un día para otro, sin importar la magnitud de la tragedia. Sin embargo, la tragedia sigue ahí y lo hará por mucho tiempo, desgraciadamente.



¿Hasta que punto van a seguir jugando con nuestras conciencias?, ¿Cuándo se darán cuenta los interesados sin escrúpulos? que no todas las mentes se conquistan con El Gran Hermano y resto de sucedáneos de la telebasura  y subproductos low cost engendrados por la aberración del sistema.

Al inicio de cualquier avance tecnológico, hay frotes de manos entorno a las ganancias y beneficios generados a los que posean la nueva tecnología. Así sucedió con el petróleo respecto al carbón y posteriormente sucedió con la difusión musical en internet frente a los canales y soportes tradicionales. Pero ¿qué sucede cuando lo que era una ventaja viene a descontrolarse para los que la acuñaron?. El petróleo se acaba y nos desestabiliza, mientras alguien se da cuenta que las copias de canciones en el mundo virtual ya no son controlables ni monetizables. Sin embargo los primeros en sacar partido, son curiosamente los que se echan las manos a la cabeza, en la mayoría de los casos. Hasta aquí todo nos puede parecer un simple conflicto de intereses, ¿verdad?.

Pues bien, la verdad es que no solo hay productos y servicios low cost, sino que somos una Sociedad de Low Cost también en los fundamentos.

Más, ¿qué mensajes son los que nos quieren trasladar con un desastre como el de Japón? ¿qué nueva forma de manipulación están empleando los intereses de unos pocos, lo que se hacen llamar "mercados"? para que ahora esté en el centro de la política mundial la evolución de la energía atómica y en concreto los planes de Merkel. Cuál es la nueva forma de manipulación, para que un país trabajador y orgulloso como Japón, tenga, tras una tragedia como esta, que calmar a los mercados. Suficiente desastre ha traído ya la naturaleza, para que veamos una vez más como se hace electoralismo de las desgracias ajenas. Todo el mundo lo haría mejor cuando no han hecho nada. Mientras tanto, cuando toca arrimar el hombro y hacer algo, la mierda sigue esparciéndose, porque eso sí, hay auténticos expertos en apretar el botón de encendido del ventilador.


Ayuda real. Basta ya!, plantemos cara todos a la especulación, a la manipulación sin escrúpulos de unos pocos, porque esta es la lacra y destrucción que nos está consumiendo de verdad.