Este es el encaje de bolillos del management, no nos engañemos.
Estilos, sistemas, procedimientos y personas deben pender con la plomada y apuntar directos a la misión empresarial y sus desafíos. La idea es adaptarlos a la forma de pensar y relacionarse que tienen en particular los trabajadores, haciendo las tareas que realizan habitualmente. Esta es la manera más natural de gestionar, ¿porqué ir contra corriente?.
Tratemos de recordar alguna situación, de las que abundan, acerca de trabajadores con promesas. Reciben muchas promesas, siempre hay promesas. Promesas tras las cuales lo único que encuentran es que son dirigidos con enfoques tóxicos y jefes que terminan siéndolo también.
El paradigma es "Haz lo que decimos, no lo que hacemos" y así es como se generan culturas de las que se reniega, son despropósitos de la gestión empresarial, el azote para quienes las sufren.
Seguro que hemos recordado cientos de situaciones semejantes.
Pensamientos y reflexiones transformadoras con un marco de entendimiento de las fuerzas dinámicas que actúan en las organizaciones. Con la Cultura como protagonista, fusiona management innovador, tecnología y marketing digital con otras disciplinas como la Antropología y la neurociencia.
viernes, 21 de enero de 2011
lunes, 17 de enero de 2011
Formación y Desarrollo
Otro gran escollo en el que actualmente se encuentra la gestión empresarial, es la Formación y el Desarrollo. No se invierte lo necesario en iniciativas de desarrollo y programas de entrenamiento. Y además, lo poco que invierte, es sin pensar en el encaje que tiene con la forma natural de aprender de la gente.
Pero lo que nos ocupa en nuestra plomada del Desarrollo es que mentes diferentes, exploran el mundo de diferentes maneras. Diferentes trabajos, tareas, actividades o funciones conllevan el acceso y constitución de diferentes protocolos, códigos y sistemas. Así, leer los perfiles de la gente, según su manera de entender el mundo, permite ofrecer paquetes de información, insights y habilidades que realmente se adaptan a la necesidad formativa y/o del desarrollo.
Siempre insisto en la misma idea, aunque a muchos les pese la contraposición a sus ideas. Las personas somos curiosas y tenemos un cerebro con ganas de aprender, pero cada uno, en sus propios términos.
Al instinto se le alimenta con estimulación e intensidad sobre los sentidos. El aprendizaje clásico, mediante modelado, repeticiones e historias sirve al sentimiento de clan. Cuando el ego tiene mucho protagonismo solo será atendido por la acción del manos a la obra y los refuerzos externos inmediatos que reciba. En otros casos, los libros servirán para dirigirse directamente a los hechos y no tanto para procesar ideas y reforzar conductas, la desobediencia y los errores cometidos sobre la norma son los castigados. Bajo un prisma de expectativas, el aprendizaje es generado por la vivencia misma, el ensayo y error, la experimentación de los casos, el testeo y los juegos competitivos. La observación en el grupo, también puede ser estimulada, para el que le sirve reflexionar, interactuar e involucrarse en los sentimientos antes que en los contenidos, hechos o anticipaciones de recompensas. Según avanzamos en otras maneras de ver y entender el mundo, las necesidades e intereses se hacen cada vez más individuales, las recompensas mucho más intrínsecas e interconectadas con el sistema. Finalmente, también el aprendizaje experiencial tiene cabida en las redes y comunidades tanto sociales como electrónicas.
De esta manera, enseñanzas y mensajes de gurus y profetas de un futuro mejor, pueden ser disfrutados y asimilados, basta con estar lo suficientemente atentos como para detectar el tipo de perfil y la mejor forma de aplicar el programa. Saber y conocer diferentes maneras de enseñar, aprender y desarrollar, no es uniforme en su aplicación. La necesidad de su conocimiento para el que define y diseña debe de ser profunda y amplia. Porque en el análisis que finalmente se hace, hay que crear un entorno de aprendizaje, tomando conciencia y dándole profundidad, que beneficie al abanico de estilos personales y no solo a las propias preferencias del que tiene que diseñar los programas, eso es todo.
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