jueves, 2 de septiembre de 2010

Cultura, cash flow y rentabilidad

Algunos errores pueden resultar caros, pero sobre todo los errores relacionados con la estrategia y toma de decisiones sobre valores fundamentales mas aún. En tiempos como los que estamos viviendo resulta cotidiano observar la dificultad de tomar decisiones, en especial las que son difíciles.

Lo lamentable es ver como repasando historias no muy lejanas, se han llegado a tomar decisiones límite, por no haber tomado otras menos cómodas y mas acertadas con anterioridad. Estas historias nos remontan a ver como las decisiones que se toman se deben de tomar considerando su efecto en el flujo de tesorería, pero sin embargo, cuando se mira el flujo a muy corto plazo, se puede poner realmente en riesgo el futuro de la empresa. Serán pequeños remiendos que se hacen para el aquí y ahora, sin contemplar el crecimiento futuro y sostenibilidad.



Algunos de las tentativas para los directivos, que se convierten en serios errores son:

1.- Reducir gastos a todos los niveles, de forma generalizada.
2.- Incrementar el riesgo de sus stakeholders ( empleados, clientes, proveedores y accionistas) con remiendos que afectan a su operativa y relaciones.
3.- Reducción de gastos en nuevos productos, marketing y marca.
4.- Reducción de la inversión en formación y desarrollo.
5.- Entrar en el círculo vicioso del descuento de precios y reducción de ventas.
6.- Machacar empleados, proveedores y distribuidores.
7.- Reducción de gastos en actividades de consultoría, asesoría y monitorización.
8.- Vender innecesariamente activos.
9.- No entender y despreciar la suma del talento.
10.- Despedir personal de manera generalizada.

Cualquier decisión debe ser medida y tomada teniendo en cuenta el futuro de la empresa, su rentabilidad futura, su sostenibilidad en el tiempo, por lo que si cualquier medida que se toma no contempla los valores fundamentales de la empresa, es difícil que sea bien entendida, que tenga resultados operativos y ante todo será sencillo que haga mella en la cultura de la empresa.

Para algunos la crisis es oportunidad y estos son los competidores que contratan el talento una vez despedido por sus adversarios y siguen invirtiendo en los valores y parcelas fundamentales de su negocio, que les permitirán tener músculo y corazón para hacerse con la cuota de mercado de sus competidores.

El talento no es barato, pero es la variable mas importante de la innovación. Despedir en España, muchos piensan que no es barato, pero cual es el precio no tener talento, o de tenerlo y no capitalizarlo.

Pues sí, determinadas decisiones son mucho mas duras de lo que a priori representan y su efecto mas devastador que la destrucción de empleo y la contracción temporal de la economía. Son decisiones que afectan a la coherencia y sostenibilidad.

Tenemos conocimiento de innumerables situaciones en las que los procesos de budgetting se prolongan durante innumerables e innecesarios meses y nos preguntamos ¿porqué?. Finalmente la distribución y peso de las partidas se realiza de forma un tanto incomprensible para muchos, fruto de qué, de preferencias personales, capacidad de influencia e incluso de la aplicación del palo del rasero como comenzaba diciendo al principio. El presupuesto nos da mucha mas información de la que inicialmente se puede pensar, nos está dando información de cuáles son las preferencias y valores fundamentales que se están adoptando.

Si las preferencias y valores fundamentales reflejadas en presupuesto son incoherentes e inconsistentes con los existentes mellará la cultura de la empresa y por tanto afectará a la forma de pensar y relacionarse internamente (alineamiento) y externamente con otros stakeholders (subsistencia).

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Cultura y sostenibilidad

En el nuevo escenario geo-politico-económico, se requiere como siempre, de esfuerzo por parte de los líderes en crear estrategias, definir estructuras organizativas y culturas que aporten un valor extra al cliente. Pero sobre todo el nuevo escenario, considerado por muchos como la tercera gran revolución, requerirá de un esfuerzo adicional por desarrollar en esta ocasión una cultura que maximice la creación de valor en términos de sostenibilidad y por lo tanto, requerirá unas nuevas formas de pensar y de relacionarse.



Claro, siempre digo y no me canso de hacerlo, que el punto de partida es conocer como pensamos y nos relacionamos en la actualidad. Este conocimiento, nos permite hacer la hoja de ruta hacia estas nuevas formas de pensar y relacionarnos. Las nuevas formas, pueden quedar lejos en ocasiones, pero si no se dan pasos adelante, es difícil acercarse y  pivotarán sobre una concepción mucho mas holística que contemple tres nuevos pilares en el mundo de las organizaciones y los negocios:

1.- Gobalidad y los efectos que esta tiene, pues igual que el acceso a mercados de tamaño superior ha sido hasta el momento mas sencillo, también pequeños acontecimientos a nivel local han tenido repercusión global, véase el caso de desastres naturales, conflictos locales, elecciones estatales, hipotecas basura o la propiedad de los Fondos Soberanos. Siempre pequeños acontecimientos han tenido una repercusión expansiva, de big bang.

2.- Hipercompetencia, movida por la innovación disruptiva, la popularización del desarrollo tecnológico y redistribución de la riqueza, recursos y poder. Solo con hacer mención a las economías BRIC lo ejemplificamos.

3.- Oportunidad y riesgo, ahora adquieren otras dimensiones y tratamiento, pues si en épocas previas de bonanza o estancamiento eran muy claras las pautas a seguir, actualmente desconocemos la naturaleza de estos períodos y las implicaciones aditivas de los 2 primeros pilares. En este caso el tipo y grado de respuesta a efectuar es posiblemente cara y cruz de una misma momeda.

En esta nueva época, maximizar la creación de valor en términos de sostenibilidad debería ser la primera premisa de funcionamiento base empresarial. Ya lo estamos viendo, los que eran grandes, poderosos y acomodados están desapareciendo, alargando más o menos un final ya conocido, pero desapareciendo. Otros, pequeños pero rápidos son capaces de sorprender y hacerse continuamente hueco en aquellas necesidades de clientes, desdeñadas por los grandes.

Cuando hablo de sostenibilidad siempre me viene a la mente las energías, especialmente las renovables, ¿porqué?, pues porque al igual que la energía, esta ni se crea ni se destruye, solo se transforma y las estrategias se crean y desaparecen o se transforman. Pero hay algo importante, al igual que en la metáfora de la energía, también hay algo que sigue invariable "la coherencia"


La aportación de valor, se hace en términos económico-financieros, pero principalmente proviene y se consigue en términos de coherencia. Integrar realmente stakeholders, su diversidad y un nuevo marco de entendimiento y apreciación serán las únicas fuentes de conseguir ser sostenibles.

Y después de esto, quizás todavía alguien se pregunte, ¿en qué consiste ser sostenible?, ¿de qué habla Javier Llorente cuando hace referencia a la sostenibilidad?. Pues bien, a la primera pregunta le deberás de dar respuesta tú mismo y a la segunda lo haré yo, aunque en mis términos.

Para mí la sostenibilidad es claridad, incluso en zonas y épocas de penunbra, son sentidos para percibir, incluso señales sutiles que pueden ser desapercibidas, es cintura para cambiar y espíritu genuino.


Después de ambas respuestas, como siempre, quédate con lo que te sea más sostenible.